La frase «el papel lo aguanta todo» hace referencia a que cualquier cosa, estupideces incluidas, puede ponerse por escrito sin que el papel en que se escribe se resienta. Algo parecido podríamos decir de los relojes: lo aguantan todo. Aguantan incluso que sus mecanismos originales sean sustituidos por dispositivos electrónicos de cuarzo. Este tipo de intervenciones – que bien podríamos llamar vandalizaciones – suprimen uno de los atractivos de los relojes antiguos – o simplemente viejos -, como son sus mecanismos originales. Aunque es una práctica nefasta, hay personas que en ocasiones la llevan a cabo.
En las imágenes anteriores podemos ver un reloj antiguo de la Selva Negra, de la segunda mitad del siglo XIX, en el que se ha sustituido el mecanismo original con platinas de madera, por un dispositivo de cuarzo.
¿Por qué se hace?
Las razones por las que se hacen este tipo de «chapuzas», son variadas. A veces es el propio dueño del reloj el que lo solicita. Para evitar tener que dar cuerda al reloj, por no poder repararse o para no costear su reparación, el propietario plantea la posibilidad de quitar el mecanismo. La recomendación de un servidor ante este tipo de planteamientos siempre es la misma: dejar el reloj parado si no se le quiere dar cuerda o no se desea que sea reparado, pero mantener en el todos los elementos originales, como el mecanismo, que podemos considerar el principal.
Existe una tercera posibilidad: es el propio relojero el que se lo sugiere al dueño del reloj, o peor aún, realiza la sustitución del mecanismo sin informar previamente a su dueño, ni contar con su autorización expresa para ello.
Sobre estas líneas, un antiguo reloj comtoise con caja que se ha vandalizado colocándole un dispositivo electrónico de cuarzo.
Deontología relojera
Respetando la forma de proceder de cada cual, personalmente me parece un error degradar un reloj quitándole una parte esencial del mismo, como es su mecanismo. Siempre que recibo una consulta sobre este particular, doy la misma respuesta: conservar el reloj sin quitarle ningún elemento original.
