En el suroeste de Alemania se encuentra la Selva Negra, una región muy especial para los aficionados a los relojes. Aunque el reloj más conocido de esa región sea el de cuco, durante siglos se hicieron en ella muchos otros tipos: relojes de órgano, de trompeta, de cuco y codorniz, con pájaros cantores, etc.
Quien tenga la posibilidad de visitar esa región encontrará en la villa de Furtwangen un fascinante museo de relojería: el Deutsches Uhrenmuseum, en el que podrá disfrutar descubriendo la historia de la relojería de la Selva Negra. La colección que alberga el museo es espectacular, y no defraudará al visitante.
En varias salas del edificio del museo, durante un fin de semana de agosto, se celebra la Feria de relojes antiguos. Todos los años, durante el tercer fin de semana de ese mes, se organiza esta feria de relojería. En ella se pueden comprar relojes, piezas, herramientas y cualquier cosa relacionada con la relojería, que pueda imaginar.
En la planta de acceso al museo se pueden ver los tradicionales relojes de la Selva Negra. Relojes de pared y de mesa, de cuco. De entre todos ellos destaca una pieza impresionante. Un reloj de pared de más de un metro de alto, con una caja de gran belleza y un autómata en la parte superior. Se trata de un reloj de trompeta hecho por el famoso relojero de Schönenbach Emilian Wehrle (1832 – 1896). Sin duda es una de las piezas más especiales del museo.
Además de con el museo, el visitante puede disfrutar también de una región en la que encontrará muchos lugares con encanto. Pueblecitos en los que se percibe su historia relojera: Triberg, Schonach… Paseos por la Naturaleza por una región que al parecer debe nombre – Selva Negra – a que era tan boscosa, que apenas podía entrar en ella la luz del Sol. Las cataratas junto a Triberg, o el lago Titisee son dos lugares que el viajero debe perderse.
