Los primeros relojes de la región alemana de la Selva Negra eran básicamente de madera. Apenas había en ellos alguna pieza de metal. A medida que fue evolucionando la Relojería en esa región, se fue incorporando gradualmente el metal en los mecanismos.
Hoy día, es fácil hacerse una idea aproximada de la época de uno de estos relojes, observando la cantidad de piezas de madera de su mecanismo. A mayor presencia de madera, mayor es la antigüedad del reloj.
No existe un único tipo de mecanismo en los relojes de la Selva Negra. El mayor o menor número de piezas de madera en ellos – como ya se ha dicho -, la disposición de los sistemas de sonería y movimiento, la forma de las piezas, el tamaño, etc. conforman un conjunto de características que puede variar de unos mecanismos a otros.
Como ha ocurrido siempre en la historia de la Relojería, las mejoras, los avances técnicos, las modas,… se han introducido en una determinada región de forma progresiva. Habitualmente la forma tradicional de construir se mantiene, pero se introducen los nuevos métodos de forma paulatina, coexistiendo ambos durante un tiempo.
El elemento fundamental de la sonería en los relojes de la Selva Negra del siglo XIX es la rueda contadera
Un mecanismo del siglo XIX
El siguiente mecanismo es un clásico Selva Negra con platinas de madera. Se muestran fotografías de detalle de las piezas que lo integran.
Piezas del mecanismo
La reparación del reloj a menudo requiere desmontar completamente el mecanismo. Esto permite limpiar a fondo las piezas, pulir superficies para reducir fuerzas de fricción, y corregir desgastes mediante la inserción de buchones.
En las imágenes vemos las piezas del movimiento y la sonería, la rueda de escape, los cañones horarios, la rueda contadera y el piñón que engrana con ella.