Reloj de pared Lenzkirch

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Reloj de pared en madera de nogal (maciza, no chapada). Mecanismo de la marca LENZKIRCH, con 2 trenes y sonería de cuartos. La sonería dispone de 2 gongs. El movimiento es de resortes, con escape sin retroceso, regulado por péndulo.

Mecanismo desmontado

En las siguientes imágenes pueden observarse detalles del mecanismo. La firma alemana Lenzkirch, ubicada en la localidad de la Selva Negra del mismo nombre, fabricó relojes de una calidad excelente. 

El reloj montado en su caja

El reloj reloj es bastante preciso. La sonería es potente y grave, como suele ser en los relojes de esta marca. Su aspecto es sencillo y  elegante: Simplicidad de líneas y dimensiones bien proporcionadas.

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Detalle de los 2 gongs del reloj

Sonería de cuartos

El reloj da el número de cuartos que corresponde, 1, 2 ó 3, cada 15, 30 y 45 minutos; y el número de toques horarios a las enteras. Los cuartos mediante los 2 gongs, y las enteras con el de sonido más grave.

La fábrica de relojes Lenzkirch

(Fuente: Black Forest Closcks por Rick Ortenburger, Schiffer Publishing Ltd.)

Fue fundada por Edward Hauser (1825 – 1900), en 1849. A la edad de 15 años trabajó haciendo cajas de música con Johann George Schöpperle. Con el aprendió a trabajar los metales, mecánica de precisión y diseño de instrumentos musicales. Posteriormente estudió relojería en Inglaterra, Francia y Suiza.

La fábrica empleó a miles de trabajadores durante sus cerca de 80 años de existencia. El número de trabajadores llegó a ser de 600. Los relojes fabricados por la fárca Lenzkirch siempre gozaron de gran prestigio.

En las cajas era frecuente la utilización de ornamentos metálicos, y la factura era excelente. Sin duda disponían de buenos ebanistas. El nogal y el roble fueron dos tipos de madera muy utilizados en las cajas. Un tipo de reloj muy interesante que salió de la fábrica Lenzkirch fue el que conocemos como “Regulador vienés”. Se trataba de relojes de pared basados en lo reguladores vieneses construidos en la capital austríaca desde finales del siglo XVIII. Cajas elegantes, con cristal en el frontal y los laterales; ornamentos torneados e incluso algunas tallas decoraban las cajas. En cuanto a los mecanismos, encontramos: sin sonería (los llamados “mudos”), con sonería de horas y medias, y gran sonería. Escapes habitualmente sin retroceso, tipo Graham.