Fuente de esta reseña: Revista CACHET de la asociación APEMECAC, Número 20, correspondiente a Diciembre de 2020
En 1856 comienza su andadura en Torrelavega el comercio de platería y relojería de Antolín Ubalde Martínez. Estaba situado en el número 2 del portalón “de arriba” de la Plaza Mayor, cuando todavía tenía nueve arcos. Allí permanecerá este negocio durante la segunda mitad del siglo XIX, todo el siglo XX, y los primeros años del siglo XXI. Hoy todavía permanece abierto.
Cuando abrió el establecimiento en la casa de los Qujano, Antolín contaba solo 21 años y aún permanecían las escaleras que daban paso a una parte de la calle José Felipe Quijano, (hoy calle Ancha).
Es posible que aprendiera el oficio de relojero y platero en Burgos porque construye y firma un reloj de pared, que todavía se conserva con las inserciones: Ubalde y Burgos.