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El estado en el se encuentran los relojes antiguos es muy variado. En este caso, estamos ante un reloj comtoise con abundante suciedad en el mecanismo. Además, tiene varios desperfectos en la maquinaria que es preciso corregir. El aspecto de un reloj, aunque pueda resultar muy malo en principio, no siempre implica la imposibilidad de su reparación. En muchos casos, estos relojes experimentan una auténtica metamorfosis tras ser reparados meticulosamente.
Leemos en la esfera de este reloj: Laureano de Aguirre, Santander . Se trata del nombre de la relojería y ciudad en la que se vendió el reloj. Probablemente fue fabricado en la segunda mitad del siglo XIX. Estamos ante un reloj genuinamente francés de la región del Franco Condado.
Suciedad en el mecanismo
El reloj parece haber estado en completo abandono durante años. La suciedad es abundante, y el mecanismo requiere de una limpieza a fondo para dejarlo reluciente.
Para limpiar el mecanismo se desmonta completamente. Esto permite efectuar la limpieza manual de todas las piezas. Además, otras operaciones que han de realizarse durante la reparación, no podrían llevarse a cabo sin desmontar la maquinaria del reloj.
Imágenes del reloj antes de la reparación
La suciedad que observamos consiste básicamente en polvo, aceites y grasas envejecidos por el tiempo, cierto grado de oxidación y hasta alguna tela de araña.
Estado de la esfera y las agujas
Las agujas son originales. Primera observación a realizar. La minutera está doblada, y debe devolverse a su forma original. La esfera o dial del reloj está en un estado bastante bueno, teniendo en cuenta su antigüedad. Destaca en ella la suciedad al igual que en el resto del reloj. En la zona central de la esfera, tras las agujas, hay una zona mugrienta.
Los números de la esfera tienen relieve. Esto es bastante frecuente en las esferas de la época de este reloj. Se aprecia fácilmente con tan solo pasar un dedo sobre ellos.
Pieza estampada de latón
En ella vemos una escena campestre. En el centro, una pareja bailando, con un hombre tocando un instrumento de viento a su derecha, y una mujer con una hoz a su izquierda junto a un fardo de trigo.
En las zonas más profundas del relieve, se ven restos de polvo blanquecino. Se trata de residuos de algún producto utilizado para limpiarla. Probablemente líquido.
Al limpiar estas piezas de latón con figuras estampadas, conviene hacerlo de modo que no queden en ellas restos del producto utilizado. Puede utilizarse lana de acero extrafina, productos para limpiar metales – como lo que llaman comercialmente “algodón mágico” limpia metales – y trozos de paño para frotar.
Rueda de trinquete con diente desgastado
Se repara un diente de una de las ruedas de trinquete. Para ello se inserta una pieza de latón en la zona de diente roto. En la imagen izquierda vemos la ranura con forma de cola de milano para la inserción del diente, y a la derecha el diente una vez insertado.
Diente doblado
Cuando es posible efectuar el enderezado del ala, se hace calentándolo previamente, para evitar su rotura. En ocasiones – no en este caso – el ala doblada presenta también una grieta en su base. En esos casos el enderezado no corrige dicha grieta, siendo la solución del problema la inserción y tallado de una nueva ala.
Imágenes de reloj tras la reparación
Una vez limpias todas las piezas, pulidas las superficies de contacto como los pivotes, y reparadas todas la anomalías que se observan en el mecanismo, se procede al montaje. En la imagen siguiente vemos la maquinaria de reloj una vez montada.
El engrase, la colocación de las cuerdas, el dial, la tapa trasera del mecanismo, y … todo estará listo para la comprobación del funcionamiento. Al no disponer el reloj de su péndulo original, se dispone de uno de misma época, el cual se adapta en su longitud, para que el periodo de oscilación sea el que requiere el mecanismo.
Vista frontal del reloj antes y después de la reparación
En las dos imágenes siguientes puede apreciarse el estado inicial del reloj, y el aspecto final tras ser reparado.