Temperatura ambiente: “La del local en que está. En los observatorios cronométricos y en las Oficinas suizas de verificación de la marcha de los relojes, la temperatura llamada “ambiente” es de +20ºC”. (Fuente: Dictionnaire professionnel illustré de l’horlogerie , G. -A. BERNER)
La temperatura de la estancia en la que se encuentra un reloj influye en su funcionamiento.
La variación de la temperatura produce dilataciones o contracciones en la longitud del péndulo, modificando su periodo de oscilación. Este hecho hace que el reloj se atrase o se adelante. Cuando aumentan las temperaturas, el reloj tiende a atrasarse; cuando disminuyen tiene a adelantarse. Para contrarrestar este efecto de alargamiento o contracción, en la parte inferior de la varilla, justo debajo del disco del péndulo, suele disponerse de una tuerca de ajuste.
Cada péndulo tiene una respuesta específica a los cambios de temperatura que depende de su diseño, materiales, dimensiones, etc. Dos relojes distintos, con diferentes péndulos, pueden presentar una respuesta a los cambios de temperatura distinta.
Existen relojes con regulación por péndulo compensado térmicamente. En este caso, el efecto que producen las variaciones de temperatura es muy pequeño. La inmensa mayoría de los relojes ordinarios que la gente tiene en sus domicilios no dispone de péndulos compensados. Estos sistemas de compensación se utilizan en relojes de precisión. No espere el particular que su reloj regulado por un péndulo sin compensación térmica, se comporte como si la tuviera. No es posible.
Cuando el reloj se atrasa hay que girar la tuerca anterior en el sentido que produzca una subida del disco del péndulo; esto es, un acortamiento de su longitud.
Cuando el reloj se adelanta hay que girar la tuerca anterior en el sentido que produzca una bajada del disco del péndulo; esto es, un alargamiento de su longitud.
Otro efecto que producen las variaciones de temperatura es la modificación de la viscosidad de los lubricantes del mecanismo. Esto hace que la fuerza de impulsión de la rueda de escape a las paletas del áncora, para mantener al péndulo en movimiento, no sea constante. Esa variación en la fuerza de impulsión produce un cambio en la amplitud de oscilación del péndulo, y la consiguiente variación de la marcha. Como ya se ha comentado, la influencia de la amplitud de oscilación del péndulo en su periodo, es muy pequeña cuando la amplitud es también muy pequeña; pero cuanto mayor es la amplitud, mayor es el efecto que produce su cambio en el periodo de oscilación.
Por último, las temperaturas extremas no son adecuadas para los relojes. Una temperatura excesivamente baja (por debajo de 4ºC, por indicar una orientación), puede hacer que el reloj no funcione. Una temperatura excesivamente alta (por encima de 40ºC) aumentará la fluidez de los lubricantes del reloj, y hará que pierda las condiciones óptimas de engrase. Además, si la caja del reloj es de madera, las temperaturas elevadas tampoco son convenientes.
Un error no muy frecuente, pero que se observa en ocasiones, es el de colocar un reloj sobre un radiador. Por ejemplo, un reloj de pared, que por falta de espacio para ubicarlo se coloca en la vertical del radiador. O también, una superficie sobre un radiador, en la que se posa un reloj de mesa. Ambas condiciones, muy probablemente, producirán problemas de funcionamiento y deben evitarse.