Una de las tareas que en ocasiones hay que hacer al restaurar un reloj de cuco, es la de tallar agujas. Los relojes de cuco antiguos suelen tener agujas de hueso. A veces falta alguna, está rota, o ha sido sustituida por otra que no es adecuada para el reloj. En estos casos hay que tallar nuevas agujas, y para ello se utiliza hueso. Dicho lo anterior, es importante conservar las agujas originales, si estando dañadas cabe la posibilidad de repararlas. Si hay solo una aguja, y es original, lo mejor es conservarla en el reloj, y tallar únicamente la que falta. Idea importante: Conservar todos los elementos originales del reloj (como por ejemplo las agujas).
Tipos de agujas de los relojes de cuco
Atendiendo a los materiales de los que están hechas las agujas, encontramos los siguientes: hueso, asta, acero, latón, madera, celuloide y plástico.
Diseño
Antes de proceder al tallado, hay que dibujarlas. Las agujas deben integrarse perfectamente en el reloj. Para diseñarlas, nos fijaremos en el estilo del reloj de cuco. Si la forma de las agujas guarda relación con los motivos ornamentales del resto del reloj, se integrarán mejor.
Las dimensiones de las agujas son importantes. Deben ajustarse perfectamente a las de la esfera, tamaño y posición de los números. El color de estos, también condicionará el color objetivo de las agujas que hagamos. Ambos elementos, números y agujas, guardan una estrecha relación dentro de aspecto general del reloj. Cuanta mayor similitud exista entre ellos, mejor será el resultado.
Cómo se hacen
Lo primero que debemos tener es el hueso para hacer la talla. Hoy día es posible comprar láminas de hueso de diferentes espesores que se usan para múltiples aplicaciones; una de ellas, la fabricación de algunas piezas de instrumentos musicales. Si no se quieren comprar dichas láminas, también puede conseguirse hueso en las carnicerías. El hueso que en España llaman “de cañada” es una de las opciones. A partir de esas piezas de hueso de cañada, sacaremos las láminas para tallar las agujas.
Para hacer la talla harán falta limas de precisión, una pequeña sierra de calar, gubias de pequeño tamaño, lijas y lana de acero. Un pequeño taladro, nos permitirá hacer los orificios de fijación de las agujas; el de sección cuadrada lo terminaremos con una lima. Igualmente, mediante el taladro iniciaremos las zonas internas vacías de las agujas.
En las agujas deberemos cuidar hasta los más mínimos detalles. Las formas básicas: hojas, tallos, etc, deben tener espesores, proporciones, bajo relieves superficiales, según el plan que hemos trazado al diseñarlas.
Orificios de fijación
Las agujas van fijadas en los cañones horarios y giran solidariamente con ellos. La aguja horaria tiene un orificio de fijación circular. El cañón horario, a su vez, suele tener cierta conicidad; esto permite, la fijación de la aguja haciendo una ligera presión al colocarla en el.
El cañón de minutos normalmente es de sección cuadrada en su extremo. La aguja de minutos deberá tener su orificio de fijación, también de sección cuadrada. Además, la alineación de ese cuadrado – el de la aguja – deberá ser tal que la sonería del reloj entre en funcionamiento exactamente cuando la aguja de minutos está perfectamente alineada con las 12. Para conseguir esto, debe marcarse sobre la tablilla de hueso a tallar, la linea que nos dará la alineación objetivo. En el orificio de la aguja horaria no tenemos este problema, pero si tendremos que ser muy precisos a la hora de hacer el orificio de fijación; si el diámetro del mismo es inferior al que debe tener, la aguja no se podrá fijar, o si se hace mucha fuerza al colocarla, se romperá. Si el diámetro es demasiado grande, la aguja no se podrá fijar.
Lo más aconsejable es hacer estos orificios antes de tallar las agujas.
Alineación
Es importante dibujar a lápiz la línea de alineación de la aguja, antes de empezar la talla. Si al tallar se va borrando dicha línea, hay que volver a dibujarla. El efecto estético de una aguja en la que no se ha mantenido la alineación correcta, es bastante malo.
Interrumpción del trabajo
Es conveniente parar el trabajo de tallado tras varias horas de llevarlo a cabo. La razón está en que pasado cierto tiempo la atención se fija más en la ejecución de los detalles que en el aspecto global que se va obteniendo. Tras la parada, al retomar el trabajo, se percibirán defectos de forma o tamaño, que antes de ella no se apreciaron.
Color y acabado final
La primera referencia de color objetivo nos la dará aguja original existente – si es que existe. Al hacer la nueva aguja, buscaremos que su color sea lo más parecido a la otra. En el caso de que no exista aguja original de referencia, nos fijaremos en el color de los números. Los limpiaremos – si están sucios -, y observaremos su color tras la limpieza. La técnica para conseguir el color o tono deseado en las agujas requiere de cierta experiencia. En primer lugar, el propio hueso nos dará su color natural de partida. Aunque pudiera parecerlo, no todos los huesos tienen el mismo color. Tras tallar las agujas estas tienen un blanco “luminoso” que conviene corregir. La cocción en agua durante unos segundos, apagará ese brillo. Si queremos conseguir otros tonos, tendremos que utilizar infusiones. Unos segundos de cocción en infusión de tabaco, café, té, … nos permitirán conseguir la tonalidad que queramos.
Tras la obtención del color, secaremos las agujas y las frotaremos para que adquieran cierto brillo.
