Crisis en la industria relojera suiza en 1975

Suiza industria
Mapa industrial de Suiza. (Fuente de la imagen: Geografía Universal Larouse, Editorial Planeta, 1966)

La crisis de la industria relojera suiza a mediados de los 70 del siglo XX, puede resumirse con las palabras del corresponsal del periódico L’Impartial en el Palacio Federal François Nussbaum:

[…] «La recesiön economica de 1975 tuvo consecuencias funestas para la industria relojera. En el curso de sólo 2 años esta industria quedó reducida a un tercio de lo que era y se perdieron 60.000 puestos de trabajo. La industria de Neuchâtel quedó diezmada definitivamente. De los 50.000 puestos de trabajo se perdieron 17.000 para siempre. 15.000 habitantes, entre ellos muchos extranjeros, se mudaron del cantón por falta de seguro de desempleo». […]

 

A mediados de los años 70 del siglo XX, se produjo en Suiza una crisis en la industria relojera cuyos efectos fueron devastadores. Coincidieron en ella varios factores. Uno de ellos, la aparición en el mercado de relojes con tecnología electrónica: los relojes de cuarzo (más baratos y precisos que los mecánicos). Otro factor, una coyuntura económica de crisis mundial, derivada del incremento del precio del petróleo. Y además, una fuerte revalorización del franco suizo, que hizo menos competitivas las exportaciones del país helvético.

El corresponsal del periódico L’Impartial en el Palacio Federal, François Nussbaum, analizó la situación de la economía en el cantón de Neuchâtel, dos décadas después de estallar la crisis. Se recoge seguidamente su análisis sobre la cuestión.

[…] «El cantón de Neuchâtel necesitó 20 años de esfuerzos para recuperarse de las consecuencias catastróficas de la crisis de 1975. La recesión económica de 1975 tuvo consecuencias funestas para la industria relojera. En dos años esta industria quedó reducida a un tercio de lo que era. Se perdieron 60.000 puestos de trabajo. La industria de Neuchâtel quedó diezmada definitivamente. De los 50.000 puestos de trabajo, se perdieron 17.000 para siempre. 15.000 habitantes, muchos de ellos extranjeros, se mudaron de cantón por falta de seguro de desempleo». […]

La situación requirió – nos dice François Nussbaum – tomar medidas sociales, y sobre todo, implementar nuevos alicientes para el desarrollo económico. En el cantón de Neuchâtel lo hicieron, y obtuvieron un resultado positivo. El Decreto Bonny supuso un conjunto de medidas federales de fomento económico.

En el análisis de la situación había dos ideas básicas: 1) Los costes de producción en Suiza eran más altos que los de cualquier otro país, y 2) Existía un saber técnico indiscutible basado en la tradición centenaria de la industrial relojera.

La estrategia a desarrollar pasaba por el desarrollo de actividades basadas en esa tradición, fabricando productos con alto valor añadido. Esto condujo a la potenciación de actividades de Microtécnica; esto es, la unión de la mecánica de precisión y la electrónica. Además, la crisis de 1975 mostró los riesgos de una economía basada en exclusiva en la relojería, y por tanto, se consideró indispensable la diversificación.

Panorama suizo
Portada de la revista Panorama suizo

Artículo original publicado en la revista PANORAMA SUIZO, en 1996; autor del artículo: François Nussbaum, corresponsal en el Palacio Federal del periódico «L’Impartial»; (fuente: www.e-periódica.ch):

Crisis en la industria relojera en 1975: Catátrofe y oportunidad

Al cabo de 20 años un nuevo auge

Aunque esta región relojera requirió 20 años de  esfuerzos para reponerse de las consecuencias catastróficas de la crisis de 1975, el cantón de Neuchâtel repetidamente es citado como ejemplo por la eficiencia de sus alicientes económicos.
crisis del cuarzo
Artículo: Al cabo de 20 años un nuevo auge

La recesión económica tuvo consecuencias funestas para la industria relojera. En el curso de sólo 2 años  esta industria queda reducida a 1/3 de lo que era y se pierden 60.000 puestos de trabajo. La industria de Neuchâtel  queda diezmada definitivamente. De los 50.000 puestos de trabajo se pierden 17.000 para siempre. 15.000 habitantes, entre ellos muchos extranjeros, se mudan del cantón por falta de seguro de desempleo.

Volver a descubrir el futuro

La situación requiere tomar medidas sociales y sobre todo implementar nuevos alicientes para el desarrollo económico. Con base a un estudio analítico que esboza las perspectivas, en 1978, se acepta la ley más importante para el fomento económico. Esta ley permite, ante todo, el aprovechamiento óptimo de las medidas federales de fomento implementadas por el «Decreto Bonny» y el empleo de 2 responsables por el fomento económico cantonal.

Las siguientes 2 ideas son el motor: por un lado está el hecho de que los costos de producción en Suiza son más altos que en cualquier otra parte y por el otro, el hecho de que existe un saber técnico indiscutible basado en la tradición centenaria de la industria relojera. Por ello, es necesario desarrollar actividades que se basen en esta tradición y que permitan producir productos de  un alto valor agregado.

La Microtécnica

La microtécnica, o sea la unión de la mecánica de precisión y de la electrónica, es la solución ideal. Se persigue no sólo la mayor diversificación posible en este campo, sino el desarrollo de las prestaciones. La lección de 1975 no debe olvidarse, por lo que se tratará de evitar a todo costo la monoestructura económica.

A la par con la disposición del Instituto de Microtécnica de la Universidad y con el Centro semiprivado  para Electrónica y Microtécnica (Centre suisse d’électronique et de microtechnique, CSEM), el cantón envía a los responsables de su programa de fomento económico la «caza» de empresas extranjeras a las que  les ofrece incentivos de residencia y de inversión. Estos incentivos incluyen todo un arsenal de medidas que cumplen con los deseos de candidatos (comunicación, entorno, impuestos, residencias, colegios y cultura).

Al reclutar las empresas extranjeras también se tuvo en cuenta la diversificación. Los alicientes se les ofrecieron a los industriales de los EE.UU., Alemania, Francia e Italia y a las empresas de servicios en África del Sur, India, Hong Kong y Singapur. Al cabo de algunos años de ensayo, se encontraron los medios adecuados para seguir con éxito el curso iniciado.

industria relojera suiza
Crisis en la industria relojera en 1975: Catâstrofe y oportunidad. (Fuente: Periódico L'Impartial; foto:pad)

5.000 puestos de trabajo más

El balance  de esta campaña llevada a cabo en el extranjero es muy lisonjero: 500 empresas nuevas con un total de 5.000 puestos de trabajo que aportan CHF 40 millones de impuestos adicionales por año (el costo anual del fomento económico es de CHF 3.4 millones). Como ejemplo son 65 empresas americanas las que fundaron empresas en el cantón, existen contactos con otras 25.000 y hay 70 con las que las negociaciones están a punto de dar frutos; en India se reclutaron 10 empresas, existen 500 contactos y 50 proyectos.

La merma de los habitantes se ha vuelto a equilibrar, el desempleo está retrocediendo (al contrario de los que sucede en las regiones que aún consideran importantes sus industrias «sin futuro», tales como lo son las industrias textil y de máquina pesada). Uno de los detalles sobresalientes es que el total del desarrollo y la producción de circuitos integrados en Suiza se concentra en CSEM y las empresas EM Marin y Micronas Bevaix, todas ellas ubicadas en el cantón de Neuchâtel. En el campo de la microtécnica el cantón se encuentra en un nivel comparable al de los grandes centros tales como la ETH Lausana o el de  las regiones de Besançon y Grenoble.

La única sombra es la falta de frutos comerciales de los productos desarrollados – lo que es cuestión de mentalidad- En los EE.UU. o en Hong Kong los jóvenes diplomados persiguen sólo una meta: la fundación de su propia empresa que produzca el producto que ellos mismos han  desarrollado. En Suiza, pero también en Francia y en otras partes, aún no hemos llegado a ese punto.

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