Artículo escrito por Martine Henno, publicado en 1991. Voir article original
El reloj Atmos
Nacido del delirio de un ingeniero, ¡el Atmos funciona con gas! El famoso Atmos, reloj de volante, atmosférico, desarrollado en 1926 por Jean-Léon Reutter – politécnico que trabajaba para la Compañía General de Radiología, y que dedicaba sus horas de ocio a este tipo de invenciones – había sido estudiado para funcionar 600 años sin intervención humana. El último – el Atmos con fases lunares – realizado a partir de un proyecto original de la misma época, pero celosamente guardado por la manufactura relojera suiza Jaeger-LeCoultre que debía comercializar los famosos Atmos desde 1936, está programado para funcionar 6000 años!… Si usted quiere ver de cerca esta pieza sorprendente, acuda a la casa Bry (1) donde los Atmos son los protagonistas hasta el 24 de noviembre.
Variaciones atmosféricas
Funcionando bajo el principio de las variaciones atmosféricas, los relojes Atmos se de dan cuerda solos a cada subida o bajada de los grados centígrados, gracias a una mezcla de gases – el cloruro de etilo – contenido en una capsula que se retrae y se dilata a cada variación de temperatura. La sensibilidad del mecanismo es tal que basta una variación de tan solo grado para que la autonomía de marcha del reloj sea asegurada durante 48 horas, o bien todo un año, con solo día de variación de temperatura en una estación normal!. Por el lado de la solidez, tienen el record absoluto porque estos relojes oscilan tan solo 2 veces por minuto (en vez de las 300 de un clásico reloj de pulsera). No utilizan apenas su mecanismo. Por el contrario: se necesitarían 600 años para que se produjese en ellos el desgaste equivalente que se produce en un reloj de pulsera funcionando durante 5 años.
El Atmos es una originalidad relojera como las que a menudo se produjeron al comienzo de nuestro siglo, donde la pasión por la mecánica prevalecía sobre la eventual rentabilidad de un producto. Por lo tanto, este reloj debe tener éxito y convertirse en el orgullo de la Confederación que lo ha convertido en el regalo oficial a los jefes de Estado que visitan Suiza. Churchill, de Gaulle, Reagan y Juan Pablo II tienen uno de estos relojes, en cuya fabricación se emplean seis meses de trabajo y seis semanas de intenso control.
Jaeger Le Coultre
La última creación, salida de los estudios del genial inventor y dedicada a su memoria, posee un sistema llamado de fases lunares programado para 6000 años. Una maravilla de la relojería que cuesta tres veces más que el modelo básico, esto es 31000 francos, y será expuesto en la casa Bry primero. En 65 años de existencia, el Atmos no ha cambiado, salvo en el nivel estético. Jaeger LeCoultre pide a sus diseñadores en cada estación, que creen para el “un nuevo vestido”. Merece la pena echar un vistazo de cerca a la edición Kholer creada en París en 1988, a la que no le falta originalidad con sus tres pirámides!.
En fin, no se pierda esta exposición, y si su camino le lleva a Suiza, prevea una parada en el Museo de relojería de Ginebra donde estos relojes son tratados como es debido, es decir ¡como reyes!. La única sombra sobre la mesa: la contaminación que reina hoy sobre nuestro planeta – y también en Suiza – obliga a los propietarios de un Atmos a hacerlos una revisión ¡cada 30 años!.
(1) Bry: 15, rue de la Paix, 75002 París. (9 h 30 – 13 horas, 14 horas – 19 horas).