La Selva Negra es una región de Alemania con una enorme tradición relojera. En ella encontramos relojes de todo tipo. Desde los populares relojes de cuco, hasta los elegantes reguladores Lenzkirch inspirados en modelos vieneses construidos desde finales del siglo XVIII.
Un rasgo común del primer grupo – en el que podemos encuadrar a los relojes de cuco – es que parecen tratar de provocar la sonrisa del observador. Para conseguirlo, los decoraban con alegres colores, o les añadían figuras autómatas cuyos movimientos eran acompañados por la sonería.
Los autómatas podían ser, desde máquinas, – como la rueda de un molino, por ejemplo – hasta figuras de personas o animales. Cuando se empleaban figuras de animales, muchas veces eran aves. El cuco, un clásico ya de la relojería alemana, tuvo un enorme éxito; pero también se utilizaron figuras que imitaron a otras aves como gallos o pájaros cantores.
Un reloj de cuco especial
El reloj que ilustra este artículo es un ejemplo de esa concepción divertida de la Relojería, que tienen los alemanes de la Selva Negra. Se trata de un reloj de cuco que dispone de un segundo autómata representando un pájaro cantor. Cuando el reloj da las horas, se escucha el trino de este pájaro, a la vez que mueve el pico y la cola.
Mecanismos del reloj
Una mirada al interior del reloj, nos muestra las partes de las que consta su mecanismo. En el centro, justo detrás de la esfera, vemos la maquinaria propiamente del reloj: un mecanismo que mueve las agujas y acciona la sonería del cuco. A las horas y medias, el reloj pone en marcha la sonería, y hace sonar el canto del cuco, a la vez que da los toques horarios mediante un gong.
Izquierda: Vista del interior del reloj; derecha: detalle del mecanismo de sonería del pájaro cantor.
Un segundo mecanismo – a la derecha tal como vemos en las imágenes del interior del reloj – es el encargado de imitar el trino del pájaro cantor. El funcionamiento de este ingenioso dispositivo se basa en una diminuta flauta en la que un fuelle insufla aire produciendo sonido. La flauta – de reducidas dimensiones para que produzca notas agudas – tiene forma cilíndrica, y dispone de un pequeño émbolo que se mueve en su interior. Esto permite modificar la frecuencia del sonido producido, y por tanto las notas que percibimos. Un disco giratorio regula la cadencia de movimientos del émbolo, es decir, la secuencia de tonos emitidos; consiguiendo así, la simulación del gorjeo del pájaro.
En la imagen anterior podemos ver un primer plano del reloj, con el autómata a la izquierda de la esfera, esperando que sea la hora para lanzar su trino, y hacer sonreir a niños y mayores.