El regulador

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Un regulador es un dispositivo que mantiene una determinada magnitud con un valor prefijado, o hace que varíe según un criterio prefijado.

En relojería el término regulador tiene varios significados.

Volante y péndulo

En el primero de ellos se hace referencia al órgano que mediante sus oscilaciones regulariza la marcha de los engranajes del reloj. Los órganos más habituales son el volante y el péndulo. Su frecuencia de oscilación, o su inverso, el periodo, han de tener el valor que requiere el mecanismo del reloj para que pueda medir el tiempo.

Regulador de volante
Volante de un reloj de viaje
Péndulo
Péndulo de un reloj francés

Regulador de aleta o venterol

Otro órgano regulador que encontramos en los relojes es el regulador de aleta o volante de aleta, también llamado venterol. Se trata del último móvil del tren de engranajes de la sonería. Al girar con mayor o menor velocidad, la resistencia del aire a su movimiento de rotación es mayor o menor, lo cual permite estabilizar la velocidad del rodaje.

Regulador de aleta con regulación por fuerza centrífuga

En los reguladores de aleta, en ocasiones encontramos también dispositivos de regulación por fuerza centrífuga. Pequeños pesos  pueden desplazarse por unas pequeñas guías alejándose del eje de rotación por efecto de la fuerza centrífuga. Esto modifica el momento de inercia del regulador.

Venterol
Regulador de aleta con regulación por fuerza centrífuga

Funcionamiento del volante regulador de un movimiento

Reloj regulador

El término regulador se emplea también para referirse a un tipo de reloj que se desarrolló desde finales del siglo XVII.

Veamos que dice sobre el, G. A. Berner en su Dictionnaire professionnel illustré de l’horlogerie:

Regulador: […] “En cronometría, reloj fijo de precisión  que utilizan los relojeros para observar la marcha de los relojes. El regulador apareció hacia finales del siglo XVII; iba provisto de un péndulo que batía los segundos. Durante mucho tiempo, el regulador representó el instrumento horario de máxima precisión. Hacia finales del siglo XIX, se llamó regulador a un reloj de péndulo de calidad mediana, generalmente de medio segundo, con caja de madera, colgado de una pared y adornado con molduras poco artísticas“. […]

Luis Montañés escribe en su libro Relojes (DICCIONARIOS ANTIQVARIA, 1986): […] “Regulador se dice también a un reloj de caja alta, con compensación de temperatura, que generalmente bate el segundo (con péndulo de 1 m) o el medio segundo los de colgar. Este tipo de relojes se perfeccionaron para cumplir una función científica, como es mantener la hora oficial en Observatorios, y entes públicos, encargados de conservarla. Carecen de otras funciones, son mudos, y su mecanismo está trabajado con esmero, destacando la composición del péndulo, para evitar toda influencia de las temperaturas. Desde el siglo XVIII se generalizó para ellos un diseño de esfera que separa en tres escalas diferentes las horas, los minutos y los segundos”. […]

Un péndulo se dice que bate segundos cuando su periodo de oscilación es de 2 segundos.

La alta precisión que logran los reguladores se basa en el isocronismo del péndulo. Toda perturbación que el mecanismo transmita al péndulo, tendrá como consecuencia una variación en su periodo y por tanto perjudicará la precisión del reloj.

Los escapes más frecuentes que encontramos en los reguladores son: El escape Graham y el escape de clavijas.

Ambos son escapes sin retroceso y muy adecuados desde el punto de vista de la precisión.

La fuerza motriz que aporta la energía necesaria para el funcionamiento del regulador debe ser constante. Esto hace que el péndulo oscile con amplitud constante.

Al objeto de que con los cambios de temperatura, el péndulo no varíe su longitud, lo habitual es que esté compensado térmicamente.

Como conclusión: un regulador tiene un escape sin retroceso (*), una fuerza motriz constante y un péndulo con compensación térmica.

Nota (*): Hay reguladores con otros tipos de escape, como por ejemplo el escape de fuerza constante o escape Strasser, siendo los más habituales los indicados anteriormente.

Reloj regulador
Reloj regulador
Dial de un regulador
Detalle del dial

Antiguamente, los relojeros solían usar un reloj regulador para comprobar la marcha de los relojes que reparaban. Hoy día es relativamente sencillo disponer de la hora con alta precisión mediante dispositivos electrónicos: teléfonos, ordenadores, etc.

A la izquierda: detalle del regulador mostrado arriba, en el que se observa a través de la puerta acristalada del reloj, el péndulo y la pesa que aporta la fuerza motriz.

Los conceptos técnicos que se han indicado para los reguladores se encuentran – a veces parcialmente – en otros tipos de relojes a los que se les llama también reguladores.

Dos ejemplos de esto son: Los reguladores del Franco Condado, y los reguladores vieneses.

Regulador del Franco Condado

En la región Francesa del Franco Condado se desarrolló un reloj bastante conocido: El comtoise, Morez o Morbier. Con estos tres nombres se le suele denominar.

Bajo este nombre, comtoise, encontramos una gran variedad de tipos de relojes. En todos ellos se observa una determinada forma de hacer en piezas, cajas y diales, que es lo que los caracteriza. Uno de esos tipos de reloj es el regulador. Habitualmente sin sonería, aunque no siempre. De una única pesa, con escape frecuentemente de clavijas, dispone además de la indicación de horas y minutos, de un segundero central en el dial.

Morez
Regulador comtoise
Reloj de Morez
Detalle del dial

El péndulo, aunque pudiera parecerlo, no está compensado térmicamente. Vemos en el dial, el segundero al centro, el cual permite comprobar la exactitud del reloj con una precisión de segundos.

Todo en el mecanismo está orientado hacia la precisión, lo cual, si para cualquier reloj es una cualidad deseable, en un regulador es algo más bien exigible.

En cuanto a la compensación térmica, como se ha dicho, en este caso el péndulo carece de ella. Esto supondrá que al variar la temperatura, también cambiará el periodo de oscilación del péndulo y por tanto habrá una variación en la marcha del regulador.

Vista de las piezas de este regulador, y detalle del mecanismo una vez montado.

Regulador vienés

Otro de los relojes a los que llamamos reguladores son los que desarrollaron en Viena desde finales del siglo XVIII. La denominación regulador vienés es genérica. En la primera época, este tipo de reloj además de en Viena se fabricó también en otras ciudades como Praga, Budapest, Linz,…  También son de destacar los reguladores vieneses que produjo la industria de relojería alemana. Lenzkirch y Gustav Becker produjeron reguladores vieneses muy interesantes.

La elegancia de sus cajas, la perfecta ejecución de sus mecanismos y una excelente precisión hacen de estos relojes piezas de gran interés.

Como siempre ha ocurrido en la historia de la relojería, el regulador vienés se ha hecho conforme al estilo de moda en cada época: 

Imperio (1790 – 1815), Biedermeier primitivo (1815 – 1830), Biedermeier tardío (1830 – 1848), Historical and Revival (1848 – 1880), Jugendstil (1880 – 1920). (Fuente: Philip J. Rasch, The evolution of the vienna regulator, NAWCC BULLETIN, June, 1999)

Izquierda: Regulador vienés de estilo “serpentine” (1850 – 1885).